Hace unos días comenzó a circular la noticia que relataba la historia de Fede, un niño de 7 años que fue “arrancado” de su familia adoptiva y trasladado a un hogar de menores.

 Silvia Martín relató a los medios que ella lo cuida desde su primer año de vida cuando su padre, en situación de calle, pidió ayuda ya que él “no podía hacerse cargo”:

La mujer, junto al progenitor del pequeño, asentó en una comisaría que ella estaba a cargo de Fede en forma provisoria. 

La ayuda de la mujer radicaba en brindarle los cuidados necesarios al niño mientras su padre se desempeñaba como remisero en el mismo vehículo que utilizaba como vivienda. 

Finalmente luego de tantas idas y vueltas por parte de los padres del niño, “a los tres años no volvieron más y le firmaron la guarda a mi mamá, que ella debía renovar cada seis meses“. Por lo tanto, se consolidó un vínculo entre el menor y su familia del corazón, que periódicamente rubricaban en el Juzgado Nº 6 de Familia de San Martín.

Un procedimiento que se había convertido en un trámite de rutina para Silvia hasta que obtuviera la adopción definitiva tuvo un giro inesperado y desconsolador :un un juez del juzgado N°6 de San Martín decidió enviarlo a un hogar hasta que encuentren una nueva familia adoptiva, algo por lo que Silvia viene luchando desde que cría a Federico.

Junto a sus seres queridos y vecinos creó una campaña que se viraliza a través de las redes sociales: “Todos por Fede” donde se pide al juez que escuche la voluntad del niño para que pronto pueda volver con la familia del corazón que lo cuidó desde pequeño.